Cerca del año 1920, por los territorios del Guamo Tolima aparecieron unos hombres de pelo rubio y ojos azules, en aquellos territorios habitados en la mayor parte por indígenas de la región los recién llegados pidieron permiso a los dueños de una parcela para adelantar unos estudios, a lo cual los dueños, una pareja de descendientes de indígenas aceptaron.

Efectivamente encontraron un pozo petrolero y pidieron a los dueños de aquel entonces un permiso escrito para la explotación del yacimiento, con las debidas retribuciones económicas para los dueños del territorio como para el estado Colombiano acorde a las leyes existentes de la época.

Contaban nuestros padres que cuando los hombres de pelo rubio "Los Gringos Esos" subían camino a la montaña a la casa de la familia indígena para llevarles el dinero en efectivo por el alquiler del predio, El clan familiar entero se internaban en el bosque y se ocultaban ya que les tenían miedo por su aspecto, pasaron así muchos años hasta que se acabo el petróleo del pozo, los indígenas jamás recibieron un peso, pues el miedo era tal que prefirieron no tener contacto con los recién llegados.

Unos años mas tarde, esa tierra había quedado con una gran capa de tierra petrolizada, parecía pavimentada con asfalto. Fue entonces cuando llegaron nuestros padres con ganas de colonizar y tener una familia y le compraron el día 9 de septiembre de 1964 a don Jesús María Sánchez la porción de tierra donde los Hombres de Pelo Rubio habían sacado petróleo.
Desde ese entonces, por un valor de compra de $5000 pesos Colombianos, nuestro padre Francisco Murillo Rivera estableció en aquel territorio la finca La Estrella.

La tierra fue arada una y mil veces y en la parte donde funciono el pozo, por estar prácticamente pavimentada, nuestros padres hicieron su casa.

Ahí, en la finca la estrella nacimos y nos criamos todos los herederos.

Los gringos dejaron sembrado una placa de acero de 1metro cuadrado de área por unos 10 cm de espesor con unos letreros en ingles.

Ese pedazo de la finca jamás pudo ser sembrado, nuestros padres nos contaron la historia de los indios que nunca recibieron plata por el petróleo de sus tierras.

Hay nacimos, crecimos y aprendimos a vivir de los frutos de la tierra, en la medida que paso el tiempo solo quedo el recuerdo de la historia que ahí habían sacado todo el petróleo.

En el año 1998 aparecen unos trabajadores de la empresa Kappa, pidiendo permisos en los predios del sector para adelantar trazados y pruebas tendientes a ubicar petróleo en la zona, es ahí donde nuestro Tío José Críspulo Murillo, un anciano de 75 años concede permiso escrito para que los nuevos foráneos adelantaran sus actividades.

Es en ese momento cuando nuestro tío les informo de la placa metálica sembrada en la tierra que habían dejado los gringos, les muestra el lugar y ellos empiezan a perforar para ver si había algo ….

Esta es la historia de nuestra tierra, de cómo llego a nuestras manos y de cómo llegó la empresa Kappa a encontrar el pozo petrolero Samarkanda I.

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